lunes, 19 de octubre de 2015

Manda flores a mi entierro de Ricardo Bosque

Una cubierta que no honra
su contenido
Las relaciones familiares multigeneracionales, las personales y las profesionales son los vasos comunicantes de una trama divertida, entretenida y negra de esta novela titulada Manda flores a mi entierro.

Arturo Sanromán, inspector de policía con pluriempleo como investigador, recibe el encargo de la acaudalada Mercedes Samper para localizar a su hija con la que rompió relaciones hace quince años. Los motivos que la impulsan quedan sugeridos pero no concluidos por lo que tanto pueden obedecer a reconstruir puentes o dinamitar los restos que aún queden de los que un día hubo.

Esa ambivalencia resulta de lo más estimulante para mentes negras malpensantes como suelen ser las de los lectores de género que nunca descansan.

El inspector Sanromán realiza el trabajo con rapidez y perfección pero, otra ambivalencia genial, a la luz de los acontecimientos posteriores le surge la duda de si cumplió con el encargo o este tenía cola y aún queda trabajo por hacer.

Misma ambivalencia al no saber si Cayetana Tana Marqués es una florista que propicia suicidios para vender más flores o si es una suicidadora que buscó con la floristería ofrecer el servicio completo.

¿Es cierto que de casta le viene al galgo? ¿Se es suicidadora por elección espontanea o por derivación genética?

Una Tana inteligente, aguda, irónica, sobreviviente y hábil conversadora que tanto consigue imponer su criterio en casa como en su negocio, el de las flores y el paralelo, haciendo que parezca que ha sido el interlocutor quien ha tomado la decisión. Una Tana que si conviene deja las tareas de coordinación para pasar a las de ejecución. Una Tana de armas tomar. Una mujer decidida y resolutiva.

Esas ambivalencias y reparto equitativo de protagonismos es una fórmula más que interesante para introducir distintos niveles de lectura y que arma la novela de forma original no desmereciendo en ningún momento y acorde con el prometedor inicio.

Ricardo Bosque
Ricardo Bosque, escritor y blogger, ha construido una novela policial fiel a los cánones pero con un tratamiento sui generis que la hace particular y para nada convencional. Una novela inteligente y sin fisuras a partir de la normalidad cotidiana más absoluta.

Sus personajes y las situaciones por las que transcurren son terriblemente próximos, familiares, extraídos de la realidad y tan bien perfilados que los reconoceríamos ipso facto si los encontráramos por las calles de Zaragoza o puntualmente por las de Tarragona.

No ha necesitado insuflar al inspector de policía de una personalidad compleja resultado de traumas infantiles ni asociarlo a vicios ni dependencias artificiales ni dotarlo de súper habilidades, ni tampoco ridiculizarlo con tics, ni dejes casposos o patrios.

El inspector Arturo Sanromán es normal como hombre, como persona, como hijo, marido, padre y como profesional y se agradece que toda la novela también lo sea.

Argumento, ritmo narrativo y lenguaje son asequibles, fáciles y sencillos, que a lo contrario de lo que parecería resulta sumamente difícil y complejo el conseguirlo. Igual como hacer que la agitación navegue por aguas tranquilas. Y también lo consigue.

El equilibrio entre descripción y diálogos resulta correcto y si bien, algún pero había que buscarle, recapitular forma parte de la confección de la novela policiaca y negra hay que procurar ajustar su extensión y en cualquier caso pecar siempre por defecto.

Un acierto encontrarse con esta novela cansados como estamos de tanto tópico y tanta imitación como si no hubiesen voces autóctonas cualificadas.

Me lo he pasado tan bien leyéndola que voy a procurarme la segunda de la saga y que lleva por título: Suicidio a crédito. De momento no se dejen escapar esta.

martes, 13 de octubre de 2015

Los crímenes de Ardeshir Villa de Kalpana Swaminathan

Gastronomía india y criminal
Imagínense que Miss Marple se llama Lalli y que en lugar de un sobrino escritor tiene una sobrina escritora. Imagínense que en lugar de tomar te en St. Mary Mead, Inglaterra, lo toma en Bombay, India. Y por último que en lugar de entretenerse resolviendo crímenes circunstancialmente lo hace resolviendo crímenes de forma oficial por encargo. Con todo esto tendrán a la protagonista de una serie de novelas policíacas al más puro estilo whodonit de la escritora india Kalpana Swaminathan que evoca, sin duda alguna y por ella reconocido, a la sin par Agatha Christie.

Los crímenes de Ardeshir Villa es una novela policíaca en toda regla y es la primera de esta serie.

Lalli y su sobrina, cuyo nombre no sabremos, son invitadas a pasar un fín de semana gastronómico en Ardeshir Villa, una preciosa residencia campestre cercana al mar, por su amiga Hilla que la ha restaurado y redecorado después de haberla heredado inesperadamente.

El cocinero, que no chef, tiene dos habilidades además de saber cocinar todo tipo de platos; la primera consiste en interpretar los deseos de cada comensal y otra más malévola que emplea para cocinar un plato a medida para cada uno que les retrotrae a un recuerdo del pasado. Para algunos agradable y para otros un secreto inconfesable.

Otros invitados coinciden con ellas, además de la sobrina de Hilla que va a cumplir dieciocho años y el cocinero. También, y sin ser invitada, una lluvia torrencial, que los deja aislados, hace acto de presencia. Y cuando se descubre el asesinato está claro por las circunstancias climatológicas que el culpable ha de ser alguien de dentro de la casa.

Por descontado que Lalli, por su trayectoria como policía ya jubilada y su experiencia en estos asuntos, se hace cargo del caso y ayudada por su sobrina va a desenmascarar al culpable que resulta serlo de más muertes.

Cada uno de los protagonistas, de edades muy distintas, tiene su carisma asociado a su estatus y oficio y su comportamiento social refleja el sistema de castas aún imperante en la India y en la narración se va conociendo su forma de ser y de pensar a través de diálogos con referencia a su pasado. Un fin de semana encerrados por la lluvia da para charlar, reir, enfadarse, amar, odiar e incluso matar.

Así la novela va situando a cada cual a través de su vestuario, su comportamiento frente a la comida, sobre todo los desayunos, su paciencia o impulsividad, su necesidad de brillar o pasar desapercibido y permite al lector formarse una opinión sobre quienes llegaran al final como cadáver y quien será el criminal.

Siendo el eje del encuentro en Ardeshir Villa un recorrido por la historia gastronómica de la India, no pueden faltar descripciones de platos que, si gustan de este tipo de cocina, hacen la boca agua mientras se avanza en la lectura, lo que no sucede tanto con el avance de la trama que tiene momentos de languidez contemplativa propios de la forma de vida oriental.

Nada extraño teniendo en cuenta que la percepción del paso del tiempo transcurre de forma diferente en la India y que la importancia o relatividad de los hechos se mide por una escala muy distinta a la de los occidentales. Es lo que tiene leer novelas de otros países: que hay que empatizar con sus usos y costumbres para poder entrar en la atmósfera de la trama.

Lo que no resulta para nada difícil ya que la autora ofrece información más que suficiente para ambientarse sin excesiva dificultad.


Kalpana Swaminathab
Kalpana Swaminathan hace que la novela esté narrada en primera persona por la sobrina anónima de Lalli y contiene perlas de humor inteligente que enriquecen el relato y una resolución final que no desmerece y que para los seguidores de Agatha Christie tendrá el retrogusto de estar leyendo una obra de la escritora inglesa, con modismos indios y estilo distinto, eso si, pero con la misma esencia y planteamiento.

Pudiendo seguir tomando té y sin echar en falta una didáctica charla sobre diversas clases de veneno con aplicación práctica.

jueves, 8 de octubre de 2015

La misteriosa botella de Petrus de Jean-Pierre Alaux y Nöel Balen

Solo en Francia se podía dar una serie policial que tuviera el vino, sus variedades, sus bodegas, sus viñedos y sus gentes como protagonistas. Si el vino en Francia es una forma de vida, era lógico que tarde o temprano se le diera la vuelta y se convirtiera en una forma de muerte.

La serie La sang de la vigne, La sangre de la vid, tiene a fecha de hoy 23 novelas de las cuales solo dos se han traducido al castellano, entre ellas la que nos ocupa: La misteriosa botella de Petrus; que, secuencialmente, ocupa la novena posición.

Benjamin Cooker es una enólogo de renombre y autor de una exitosa guía de vinos que cuenta con la ayuda del joven Virgilio Lanssien, un buen aprendiz aún en formación y tienen por costumbre no solo poner su nariz en las copas sino también en asuntos criminales por lo que queriendo o sin querer participan activamente en los casos con los que topan y a pesar de la reticencia policial.

El planteamiento argumental de La misteriosa botella de Petrus resulta francamente cautivador y en la línea de novela policiaca más clásica: un anciano es asesinado en su casa, en algo parecido a un crimen ritual ya que se encuentran doce copas, once vacías y una con vino. Petrus para mayor exactitud. De 1940 a primera impresión de Benjamin Cooker.

Petrus, palabra muy, pero que muy mayor cuando se habla de vino. Un vino que trasciende al vino. Un Pomerol excepcional que debe beberse con servil agradecimiento y en honor al santo que preside la etiqueta, con devoción casi religiosa.

Pero a medida que la trama avanza y los asesinatos se suceden, no en balde hay tantas copas expuestas, e intenta volverse compleja para explicar los motivos de tales crímenes y se remonta a la segunda guerra mundial va perdiendo su forma y su compostura como beber sin saborear. Una lástima echar a perder un vino así.

Jean-Pierre Alaux y Nöel Balen, sobradamente conocedores de la cultura vinícola y del jazz, a quienes hay que envidiar por esas razones, derivan hacia el chauvinismo, bien entendido, y dedican más páginas a explicar y elogiar al vino que a tejer la trama criminal. Y en este caso y teniendo buenos elementos: vino, jazz e Historia, el resultado final no está a la altura. No es un vino redondo. Y esto en un Petrus no es aceptable.

En estos tiempos en que la novela negra y policial vende hasta lo que no está escrito resulta curioso ver como esta serie no tiene tirada por aquí; claro que si la leen los lectores habituales del género les va a saber a poco  y si los lectores son bebedores de buenos vinos la cata les resultará igual de insustancial.

La primera novela de esta serie, Muerte entre los viñedos, ya fue tratada en este blog. Pinchen aquí para leer la reseña. En esa ocasión el vino escogido fue un Sauternes, nada más y nada menos que un Château d’Yquem.

Yo aún no he tenido ocasión de probar ni uno ni el otro y para evitar seguir babeando durante las lecturas y poner las novelas perdidas voy a dejar de leer esta serie caso de que se sigan traduciendo.

lunes, 5 de octubre de 2015

Pero hermoso: una historia de jazz de Geoff Dyer

La música es la parte externa que
el instrumento arranca del
interior del interprete
Un descatalogado que ha vuelto a la vida y que no hay que dejar de leer.

Para la mayoría el jazz es esa música que se toca con trompeta y saxofón y que a veces es placida y otras enervante, sin saber muy bien porqué. Para algunos es ruido. Para otros es la música que acompaña las películas de cine negro. Para los menos el jazz es una forma de entender la vida. Para unos pocos es simplemente el camino del que no puedes alejarte. Para los elegidos lo es Todo.

Pertenezcan al grupo que pertenezcan después de leer Pero hermoso: una historia de jazz, cuando oigan una pieza nunca más les va a sonar solo música. No solo por referencia al pasado, ahora que han leído y saben, sino en las sucesivas sesiones que le dediquen porqué después de leer habrán entendido.

El jazz, de normal, nunca comunica igual ya que se mimetiza con el sentimiento y da más presencia a determinadas notas o instrumentos según sea el estado de ánimo con el que lo escuchemos a cada momento. Y no digamos ya si fuésemos intérpretes. Vocales o instrumentistas que ponen mucho de si en el conjunto y todo en el solo.

Después de leer esta novela el universo del jazz, en todo su significado, se muestra desnudo en toda su amarga miseria, despiadado desconcierto y terrible soledad.

Y en toda su grandeza y conmovedora trascendencia. Autodestrucción no deseada para alcanzar la inmortalidad no pretendida.

A través de una road novel protagonizada por Duke Ellington y Harry Carney como hilo conductor, el autor recrea de forma fabulada siete episodios biográficos de los grandes: Lester Young, Bud Powell, Charlie Mingus, Chet Baker, Ben Webster, Thelonius Monk y Art Pepper, y lo hace de forma descarnada pero cariñosa, si es que ambas cualidades pueden ser compatibles.

Todos momentos idóneos para desarrollar tramas de novela negra, todos de enorme dureza vivencial. El jazz puede ser a la vez hermoso como un ragg que canta a la vida y triste como un blues que la despide. Cada cual lo entiende a su modo y los que solo lo oímos o a lo sumo somos capaces de incluso llegar escucharlo a ratos no estamos capacitados para hablar de él sino es para decir banalidades cuando no tonterías.

Geoff Dyer, el autor
El autor Geoff Dyer ha estructurado la novela en tres partes. Dedica la primera, e imprescindible, a la parte narrativa mencionada; la segunda, que a mi modo de ver empaña la anterior, a un ensayo que ayudará a neófitos a contextualizar  y la tercera es, entre biografías y referencias, indispensable a toda obra que se precie que hable sobre música: discografía recomendada.

Empiecen por esta tercera parte, hagan acopio de la música y téngala a mano para ir acompañando la lectura de la primera parte y dejen la segunda parte, aparte (me ha salido muy Marx Bros. pero no tiene nada de contratante).

Hay que lamentar la innecesaria traducción del título que sin referencia a su origen pierde encanto: el título original But Beautiful lo coge del estándar de James Van Heusen (música) y Johnny Burke (letra) de 1947, balada sentida y emotiva, ampliamente versionada y en cuya letra se constata el paralelismo entre el sentido del amor, de la vida y del jazz:

Partitura de But Beatiful
Love is funny or it's sad
Or it's quiet or it's mad
It's a good thing or it's bad
But beautiful

En cualquier caso lo importante es escuchar la música y leer la novela. Y leer la novela escuchando la música.

Y al acabar su lectura no podemos por menos que saber que las cicatrices que nos ha producido nos han de acompañar ya para siempre. Y que nada de lo que ya oímos antes volverá a sonar igual y que todo lo que oigamos por primera vez lo haremos poniendo el oído en modo escucha.

La faceta musical del jazz, la que creemos conocer, solo es la parte externa que el instrumento arranca del interior del interprete.

Enorme respeto por el jazz por favor. Y desde mi ignorancia pido humildemente perdón por intentar postear al respecto.

viernes, 2 de octubre de 2015

Ladrón de ladrones 4

Cuando el guante blanco se tiñe de rojo
Robert Kirkman, el creador de la serie global, ha mantenido en esta nueva entrega al guionista del tomo 3, Andy Diggle, para que revolucionara la historia y cerrara al arco argumental iniciado (recuerden que una de las premisas de Robert Kirkman es ir relevando al guionista en función del tratamiento narrativo que pretende conseguir).

Y si bien Andy Diggle cerró con maestría en la entrega 3 el guión que empezaran James Asmus y Nick Spencer en el tomo 2, no ha salido tan bien parado al cerrar el suyo.

Sin obligación de corresponsabilidad con planteamientos ajenos, solo con ser fiel a si mismo y a su propio guión, Diggle se ha dejado llevar y le ha salido el tomo más violento y salvaje de la serie. Lo cual no es malo en sí pero si lo es el caer en lo fácil y en lo previsible. Algo de lo que esta serie huía como de la peste y lo estaba consiguiendo.

Y también le ha salido el tomo más peliculero y esta subordinación al género grande confiere al cómic el papel de instrumento y no el de un fin en si mismo.

Quienes intuían que esta serie de cómics podía no ser más que un story board encubierto (su estructura de capítulos por arco argumental sería el equivalente a los episodios por temporada), que sirviera de presentación para ser serie de televisión deben estar diciendo aquello de” malo está que diga que ya lo dije, pero que conste que os lo advertí porque parece que la AMC ya está trabajando en el piloto y esto pinta que pronto tendrá más tele adictos que comic adictos.

Claro que todos sabíamos la vinculación de  Robert Kirkman con este mundo, por lo que no es raro que se de ese paso, más bien era el siguiente paso lógico.

Color de Adriano Lucas
Volviendo al cómic, en Ladrón de ladrones 4, lamentamos que la historia desarrollada en este tomo nada, o muy poco, de lo que sucede consiga sorprender y mucho menos despistar. La serie ha entrado en el trillado camino de supeditar el argumento a los efectos especiales y no al revés por lo que ofrece un cómic emocionante y trepidante de absorbente lectura pero poco estimulante por su previsibilidad.

Shawn Martinbrough repite al lápiz (el único que está desde el inicio) y aún manteniendo su estilo sobrio en cuanto a expresiones logra sacarle a Redmond su yo más agresivo y tenso necesario para la ocasión.

La salida de Félix Serrano como colorista substituido por Adriano Lucas ofrece a la serie tonos más oscuros contrastados y una amplia gama de rojos para realzar mejor la rabia, sangre y violencia que desbordan estas nuevas páginas.

A ambos, dibujante y colorista, Shawn y Adriano, hay que felicitarlos por las máscaras de los sicarios de Lola que representan perfectamente ese terror que se encuentra en lo cotidiano. Como los payasos de Stephen King. Son soberbias y fáciles compañeras inspiradoras de pesadillas de terror nocturno.

Venganza y traición son los ejes vertebradores de este tomo de ahí que la violencia sea indispensable. Nadie entendería que no fuera así.

Pero la violencia se ha apropiado de la serie y su empleo para resolverlo todo, en lugar de hacerlo con planes elaboradísimos, ha simplificado el argumento que es ahora más lineal que nunca y avanza a velocidad de torpedo.

Como payasos de Stephen King
Este cuarto tomo enlaza directamente con el final del tercero y manteniendo el tronco le corta las diferentes ramas que como frentes abiertos movían las subtramas existentes y deja la sorpresa de no saber hacia donde irá ahora. Tanto la trama como los personajes.

Estos han de recuperar su lugar predominante que en este tomo se han visto superados por las circunstancias y casi reducidos a ser meros desencadenantes de situaciones sin que lleguemos a conocer cuales son sus verdaderas emociones al respecto.

Se ha desaprovechado a Celia con una aparición tan determinante como decidida como fugaz; a Lola, con un potencial psicológico más que evidente y del que se explica su origen y sus intenciones de forma tan apresurada, como para cumplir un puro trámite, e incluso se ha marginado al hijo de Redmon al que no se le permite exorcizar su conflicto interior.

Ladrón de ladrones es una de las series de la década. Un cómic de lectura absorbente y hay que seguir confiando en Kirkman para que insufle nuevos aires que le permitan mantenerse por encima de la media.

Lean las reseñas de cada uno de los tomos anteriores publicadas en este mismo blog y no se pierdan una de las mejores series del mundo del guante blanco aunque a veces se manche de rojo:

  1. Ladrón de ladrones
  2. Ladrón de ladrones
  3. Ladrón de ladrones





lunes, 28 de septiembre de 2015

Como comprar un eBook y sobrevivir al sentimiento de culpa

Hola Jordi:

Aún no me has dejado y ya te echo de menos. Aún estamos cerca y en cambio la sensación de lejanía y abandono es total.

Todavía noto en mi cuerpo la tibieza de tus manos, tus dedos resiguiendo el hueco de mi lomo, la firmeza de tu frente en mi cabeza, el roce de tus labios sobre mi corte delantero.

Tengo muy vivo el recuerdo de las yemas de tus dedos recorriéndome de arriba a abajo, bajando para volver a subir, siempre acariciando. Acogiéndome con cariño y con delicadeza. Abriéndome despacio, despojándome de mi solapa para ver mis partes ocultas y siempre ansioso por entrar en mí, siempre dispuesto a descubrir, compartir, aprender y disfrutar.

He estado atenta a los detalles y me he vestido, por fuera y por dentro, para poder satisfacer tus deseos y también todas tus fantasías y mi cuerpo siempre se ha ofrecido a tus necesidades sin recato alguno.

Nunca he tenido un no para ti. Te he ofrecido intriga, amor, sexo, emoción, suspense, complicidad, información, opinión, consejo; te he posibilitado viajar por cualquier lugar y época sin distinguir si pretérita o futura; te he presentado un sinfín de gente con quienes alimentar tus deseos de evasión y tu curiosidad y nunca me han podido los celos.

He estado contigo a cada momento en el que me has requerido. A tu disposición. Hemos paseado, hemos ido de excursión, hemos contemplado el mar, hemos volado y navegado y hemos comido y dormido juntos. Muchas veces. Felices. Incontables.

Sin ti no soy más que un montón de páginas impresas. Contigo cobro vida y tú para mí, eres la razón de mi existencia. Ahora con el abandono me siento más objeto que nunca.

Sé que no es un adiós para siempre, se que volveremos a compartir jornadas maravillosas, sé que los reencuentros, por esporádicos, serán más deseados y tan ansiados como los de los amantes infrecuentes. Pero aún y así el pasar a ser segunda opción es algo que me deprime, algo con lo que tendré que aprender a convivir pero que nunca podré asumir.

Lo hemos hablado y me lo has explicado como si yo no tuviera ya todas las respuestas, pareces haber olvidado que en mi están contenidas todas las grandes enciclopedias. Se que los tiempos cambian y hay que adaptarse y coger de la tecnología lo que de bueno tiene.

Pero me cuesta entender que prefieras a un robot antes que a mí.

Que elijas un cuerpo metálico, monocolor, frío y rígido antes que la ductilidad, el colorido y la blandura del mío que tanto placer te ha proporcionado sin escatimar. Es difícil aceptar el relevo. Que prefieras una carcasa anoréxica y despersonalizada a un lomo que silueta mi cuerpo o que te conformes con notar unos cantos rígidos a los volúmenes de mis formas moldeables.

Te has comprado un eBook y aduces razones que solo desde la lógica más materialista pueden ser contempladas: hablas de ahorro económico, de ligereza liviana, de facilidad de transporte, de muchos títulos en un solo volumen, de acceso a títulos retirados, de falta de espacio en las estanterías, incluso te escudas en el cierre de librerías especializadas de género.

Te has comprado un eBook y has arrinconado la liturgia de la lectura traduciéndola a un acto rutinario, apresurado e impersonal, a un acto sin alma.

Te has comprado un eBook y te has vuelto práctico y racional relegando la magia de la lectura a un aséptico experimento de laboratorio.

Te has comprado un eBook pero te sigo queriendo.

Tu, siempre fiel, novela de papel

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El poeta de Gaza de Yishai Sarid

El conflicto de Gaza: todos hablan,
dicen poco y nadie escucha
En la novela El poeta de Gaza confluyen el sentido del deber, el compromiso político, la terrible convivencia permanente con el terrorismo, el fanatismo religioso y el respeto a la amistad y al amor.

Tal cúmulo de sensaciones juntas no puede evitar que lo que debería solo ser una misión más para cualquier militar entrenado agente del servicio secreto, se convierta en un volcán de emociones a punto de estallar y de incierto desenlace.

La misión consiste en localizar y capturar a Yotam, un joven líder terrorista palestino considerado peligroso enemigo del estado de Israel e hijo de un poeta. El poeta de Gaza. Un humanista aquejado de una grave enfermedad.

La novela va desgranando todo el plan estratégicamente elaborado desde el establecimiento de la cobertura que ha de proteger al agente que lo ha de atrapar hasta distintas alternativas o plan B si hay que improvisar sobre la marcha, pero también muestra como las frías estrategias diseñadas en un despacho chocan ante la cambiante realidad que supone tratar con la parte humana.

En este plan no se contemplan sentimientos y cuando estos surgen lo cuadriculado se descompone en arabescos de caprichoso trazado y las lineales grecas en curvas sinuosas e imprevistas.

El poeta de Gaza es un thriller que contempla el conflicto entre Palestina e Israel desde la perspectiva humana de quienes lo viven activamente. Los dos pueblos lo sufren pasivamente, pero algunos de ambos bandos son parte activa tanto para su posible solución como para su recrudecimiento. Un conflicto en el que todos hablan, dicen poco y nadie escucha.

La novela es una metáfora que se vale de una situación y de unos personajes para denunciar que nada está perdido y todo es posible. Trata el conflicto generalizado entre pueblos e ideologías reduciéndolo al conflicto de una sola persona como símbolo de toda la humanidad.

Y si ésta persona es capaz de ver la parte positiva de sumar sus enfrentamientos internos en lugar de restar, también lo pueden hacer los pueblos.

Yishai Sarid
Alude a la honestidad y a la generosidad como armas capaces de solucionar el conflicto y las carga con balas de empatía i de ausencia de prejuicios para dar en el blanco de la paz.

Hani, el poeta de Gaza, simboliza la bondad. Dafna, la escritora, la esperanza. Ambos tienen hijos y ambos sufren su distanciamiento. Sobre estas premisas la novela simboliza el poder del dialogo aunque haya oídos sordos.

Yishai Sarid ganó el Gran Premio de Literatura Policíaca de Francia 2001 con esta novela.

viernes, 18 de septiembre de 2015

A la comisaria no le gustan los versos de Georges Flipo

Prmera novela de la serie de la
comisaria Viviane Lancier
En París se encuentra el cadáver de un indigente. Nada debería hacer sospechar más allá de un robo que ha acabado mal: el ladrón tiró de la bolsa con tanta insistencia y brusquedad como el fallecido la quiso retener y el resultado fue que éste acabó golpeándose la cabeza y falleciendo.

Pero resulta que si que hay algo más en todo eso, y mucho más que va a haber, y más muertes y el caso, por exceso de celo y entusiasmo de un subalterno, acaba cayendo en la mesa de la comisaria Viviane Lancier.

Hay un soneto, en propiedad del muerto, cuyos versos, que podrían pertenecer al mismísimo Charles Baudelaire, embelesan los oídos de la prensa y el caso alcanza proporciones mediáticas con lo que la comisaria Viviane que no siente pasión alguna por la literatura y menos aún por la poesía, deberá bregar con un caso doblemente complejo: criminal y cultural.

La comisaria lleva una vida de soledad y recogimiento en su domicilio de la Rue Simenon (un guiño a la alargada sombra del papá de Maigret). Oculta sus contradicciones y su inseguridad bajo un carácter de mil demonios. No tiene vida amorosa aunque la desearía y suspira con enamoramientos imaginarios mientras alivia sus apetitos sexuales en encuentros esporádicos con un amigo con derecho a roce. Mantiene una, de antemano perdida, lucha eterna contra su báscula y se recrea idealizando una vida que no tiene ni tendrá.

El personaje tiende a despertar instinto de protección sobre todo en sus episodios depresivos donde aúna música de Johan Sebastian Bach con barritas de chocolate Mars y aunque a veces resulta cargante y más un tropiezo que un acierto hay que reconocer que se mimetiza perfectamente con lo que se pretende de la novela que rebosa estereotipos.

La trama de inicio rápido y lineal va adquiriendo tonalidades de gris, como el París frío y lluvioso donde transcurre y va aumentando su complejidad a medida que evoluciona la investigación. Una evolución sucedida de altibajos con momentos lúcidos y divertidos y otros lastrados y aburridos que conforman un conjunto desigual.

Georges Flipo
A la comisaria no le gustan los versos es la primera de una serie de novelas protagonizadas por la comisaria de la 3ª División de la Policía Judicial de Paris Viviane Lancier del escritor francés Georges Flipo. Un autor que no puede sustraerse a su origen.

La redacción de la novela, su ambientación y su tempo narrativo son muy francesas si se me permite y entiende la expresión. Recuerdan los tiempos de la Nouvelle Vage, el esplendor del comisario Maigret. A ratos tiene ese regusto a Pastís y otras a croissant de mantequilla.

En todo momento está presente esa curiosa y particular sensación de pérdida que experimenta todo aquel que ha estado alguna vez en París y la recuerda desde la distancia. Es una serie que puede dar alegrías a los amantes de ese estilo continuista y tradicional del polar, cómodos en ese ritmo dubitativo y bamboleante de quien pasea sin ir a ningún sitio.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Crimen en el paraíso 4ª temporada

Crimen en el paraiso 4ª temporada
Como cada verano llega Crimen en el paraíso esa serie policíaca de televisión que ofrece asesinatos dignos de la mejor tradición del género de la edad de oro británica en un ambiente tropical.

La serie está resultando ser uno de los elementos más frescos de los veranos. No solo por su ambientación playera y acompañamiento musical con bebidas exóticas y vestimenta a juego sino porque en verano las televisiones se dedican a rellenar sus programaciones con repeticiones sacadas del baúl de los recuerdos y cualquiera que ofrezca algo nuevo es de agradecer.

Solo que en esta ocasión al coctel de frutas y ron se le ha ido la mano con el dulce y ha dado lugar a una temporada en exceso almibarada y casi solo disfrutable si no se tiene alternativa mejor a mano.

Saint-Marie es la ficticia isla paraíso y Humprey es el británico inspector trasplantado y que parece empieza a echar raíces a base de tropezones y meteduras de pata.

La 4ª temporada de Crimen en el paraíso mantiene la trama policial que no negra y da preferencia al crimen en habitación cerrada dando pie a asesinatos en apariencia imposibles y a resoluciones sumamente elaboradas, solo que por la repetición del escenario acaban pareciéndose demasiado unas a otras.

Aunque sea de Holmes, o sea de Arthur Conan Doyle, y no de Poirot, o sea de Agatha Christie a quien la serie rinde pleitesía, la cita “Una vez descartado lo imposible, lo que queda por improbable que parezca ha de ser la verdad” la serie se la ha apropiado de tal modo que ha hecho bandera y una bandera arriada se ve desde muy lejos.

Beso entre Camille y Humprey
Y así para descubrir al asesino solo falta fijarse en los detalles y por lo demás la serie se muestra blanca total en lo que se refiere a sexualidad que flota en el ambiente y solo se materializa en un casto beso, a sensualidad que podría haber para dar y regalar en esos bailes multicolores y a crítica social que en la isla esto también daría mucho juego habida cuenta de las diferencias latentes.

Que distancia con las dos primeras temporadas donde el humor era inteligente y las tramas más policiacas.

En estas cuatro temporadas la serie ha cambiado a tres de sus cuatro protagonistas principales y sin comparar los anteriores con los actuales se nota un altibajo cualitativo y una tendencia a dedicarle más tiempo al ocio familiar que a reforzar el aspecto criminal.

Los guiones han perdido originalidad y les faltan giros que mantengan la atención, así los episodios resultan demasiado lineales y el trabajo del realizador peca de falta de ritmo y carece de tensión.

Esta serie está empezando a decaer y solo la salva que sus temporadas sean de solo ocho episodios y que se emita en verano.

Recuerden aquí las reseñas de las temporadas anteriores infinitamente mejores:


Post Scriptum: aquí el link de la temporada 5

lunes, 7 de septiembre de 2015

In vino veritas de Virginia Gasull

La verdad está en el vino
En el vino está la verdad y en la copa está el vino. Todo empieza con Edouard que colecciona copas y todo acaba con Edouard que tal vez ya no vuelva a coleccionarlas.

La inspectora Anne Oteiza pertenece a la Brigada de investigación de delitos contra el patrimonio histórico. Anne es guapa, joven e independiente, viste chupa de cuero conduce moto y calza plana. No tiene veleidades gastronómicas y no le gusta el vino, más por desconocimiento que por razón justificada. No triunfa en el amor, es reservada y mantiene secuelas post traumáticas de un doloroso y espeluznante suceso de hace años.

Uno de esos que más que cambiarte la vida te la destrozan.

Tiene en Sofía su única e íntima amiga. Y en su rutina las pautas para no sufrir episodios de crisis tan incontrolables como para casi llegar a perder el conocimiento. Por eso sufre anticipadamente cuando la necesidad de investigar la desaparición de unas valiosas botellas de vino la obligan a dejar Madrid y volver a San Sebastián. Allí donde fue tan feliz y tan desgraciada.

Pero si hablamos de vino es imposible no hablar de Francia ni de Burdeos, ni de los terroirs ni de los Chateaux: Rostchild, Margaux…

In vino veritas es una novela que armoniza hechos reales y fábula, que discurre por los viñedos de Burdeos evocando tiempos pasados y hermanándolos con tiempos presentes.

Nos habla de heroicidades de personas normales y nos remite a la historia para entender el significado de lo que hoy bebemos.

Virginia Gasull la autora de
In vino veritas
Virginia Gasull demuestra haberse documentado ya que la novela no presenta fisuras en su apartado artístico e histórico como tampoco en las páginas divulgativas de elaboración de vino aunque tal vez le haya quedado un pelín tutorial pero teniendo en cuenta que iban dirigidas a la inspectora Oteiza, o sea alguien que no solo no conoce el vino sino que incluso lo rechaza se antojan casi indispensables.

Vino y erotismo
Fascinante el párrafo destinado a explicar cómo realizar una cata (claro que no todas acaban como la pormenorizadamente descrita en la novela; por desgracia). Si en cambio resultan poco estimulantes y algo tópicas las páginas dedicadas al sexo y al erotismo. Se describen como sabría un vino joven, ansioso y demasiado evidente y les faltan matices que alarguen el sabor.

Toda búsqueda de tesoros, toda resolución de enigmas del pasado tiene su punto romántico y en esta novela el romanticismo se adueña de la trama y el conjunto resultante es una intrigante y entretenida novela de aventuras históricas que cuenta con varios misterios a resolver.

No siempre una botella coupage es mejor que una monovarietal y en esta novela tal vez haya exceso de mezcla y casi mejor que en la próxima novela, perdón cosecha, se tenga en cuenta. Ojalá. Esto promete.

lunes, 31 de agosto de 2015

Soy Pilgrim de Terry Hayes

'Soy Pilgrim' es de esas novelas que
hay que leer por mucho que nos las
recomienden. Y a pesar de ello.
Soy Pilgrim es una absorbente novela de espías que empieza siendo una apasionante novela negra y que se estructura a modo de trepidante thriller donde conviven y confluyen, aquí la verdadera gracia del asunto, variopintas historias de una forma tan lógica y natural, nada forzada, que casi resulta inusual encontrar algo tan magníficamente bien hilvanado y en donde todo lo que se cuenta tenga su razón de ser. Hasta el más mínimo flash back está justificado.

El inicio con la investigación de un asesinato muy particular en un hotel de mala muerte, nunca mejor dicho, es de por si demoledor de cuantas defensas hayan podido levantarse recelosos de acercarse a una novela best seller.

La trama que subsigue es tanto o más seductora que su inicio y los personajes van a juego encajando como botones en ojales. Cada uno perfectamente diseñado para su papel y no se confundan por su aparente estereotipaje: el mal no va gritando por ahí como un loco para ser descubierto; el mal se recubre de normalidad para mezclarse entre la muchedumbre y pasar inadvertido.

Y son tantas las cosas que en ella se cuentan que intentar un resumen sería destriparla, baste pues con que les diga que es una magnífica novela de tensión, de lógica y suspense como corresponde a una temática de espionaje y mensajes criptográficos; que es una trepidante novela de contundente acción y hábil estrategia como corresponde a un thriller con terrorismo convencional y bioterrorismo; que es una apasionante novela policial tan llena de inventiva detectivesca como precisa para hacer frente a la resolución de asesinatos complejos con la más absoluta falta de pistas o aparentemente imposibles.

Y todo escrito y contado de forma minuciosa pero sin aburrir, con un crescendo medido para que, aún con tantas páginas, las distintas tramas vayan avanzando y vayan ganando en emoción e interés para ir encajando con milimétrica precisión y mantener la atención hasta el mismo punto y final.

Soy Pilgrim es de esas novelas que una vez empezada no se despega de las manos ni con agua caliente. Sus 864 páginas se leen como un suspiro y ojalá hubieran sido 2.000

Vehículo mortal
Pilgrim, uno de los tantos nombres usado por el protagonista, es un agente muy especial de una tan secreta organización gubernamental que casi no existe. Un agente que tiene en su capacidad para el análisis, la investigación y la deducción sus verdaderas armas. Su posición no le permite tener amigos ni tampoco mujer. Su exclusión social ha sido muy exigente desde que fuera reclutado y ahora ansía dejarlo todo atrás para empezar a ser normal.

Pilgrim es un agente del siglo XXI con hechuras de finales del XIX hasta mediados del XX. Su figura sitúa al espía clásico en la época actual. Es un hombre educado, instruido en diversas materias y sobre todo en arte, hábil conversador y con una capacidad analítica que le permite empatizar incluso con su peor enemigo y entenderlo y por ello adelantársele si se requiere. También es un solitario infeliz.

La BSO de la novela podría ser Exile on Main Street el álbum de los Rolling Stones que suscita animadas discusiones sobre si es o no el mejor de la banda.

Terry Hayes el autor de 'Soy Pilgrim'
Terry Hayes ha recogido el testigo de los clásicos, su esencia y la ha puesto al servicio de una trama actual que ya no es exclusiva de un solo género, de ahí que se haya atrevido con esta mezcolanza de novela negra, policial, espionaje y thriller y cuyo resultado no rechine en absoluto.

Y aunque es nuevo en eso de la novela no lo es en eso de la escritura y lo que se lee en su biografía permite entender que Soy Pilgrim tenga ese enganche tan notorio y esa trama tan bien temporizada: es el autor de los guiones cinematográficos de Calma total, de la 2 y la 3 de Mad Max, Payback o Límite vertical sin ir más lejos. No estamos ante films para la posteridad pero si ante tramas llenas de tensión, ingenio y suspense, aunque ya tengan sus añitos.

Tampoco es de extrañar pues que esté trabajando como guionista de Soy Pilgrim de la que la MGM ha adquirido los derechos cinematográficos para llevarla al cine. ¿Quién será Pilgrim?

Es de esas novelas que hay que leerlas por mucho que nos las recomienden; y a pesar de ello; y precisamente por ello.

lunes, 24 de agosto de 2015

Castle 7ª temporada

Castle desaparece en el último episodio
de la sexta temporada, ¿donde está?
La serie de tv Castle sigue sumando años, capítulos y manteniendo audiencia. La fórmula de escritor exitoso, atractivo, rico y capaz de travesuras de niño mezclada con exitosa inspectora de policía, guapa e inteligente sigue mostrándose un acierto y parece no tener fin.

Además cuenta con el añadido de tener secundarios en la comisaría y en el hogar por lo que el juego es a cuatro bandas y eso da mucho juego.

Si algo diferencia esta serie del resto de competidoras es la capacidad inventiva que demuestran sus guionistas para mantener alto en todo momento el nivel de entretenimiento que es lo único que persigue.

Es un serie para todos los públicos y eso se resiente en dejar de lado cualquier atisbo de denuncia social o cualquier análisis crítico sobre los temas que inducen al delito, es decir los elementos que deberían estar presentes en una serie policial al uso se convierte en meros satélites para el lucimiento del sol: Richard Castle (o sea Nathan Fillon).

Incluso se reservan cualquier manifestación sexual entre la pareja protagonista que sería de lo más lógico y natural o exhiben imágenes blancas que no inciten a la imaginación.

Dicho esto y teniendo claro lo que pretende la serie, es innegable constatar que seguimos estando ante un éxito categórico. Si se acercan a ella buscando una serie fresca, amable, divertida, con ciertas dosis de suspense y con la resolución de un asesinato habrán acertado plenamente.

Para tratamientos más trascendentales o enfoques más realistas o más escabrosos del mundo delictivo hay otras series. Cada cual en su medida da distintos niveles de satisfacción según sea el momento y el dia.

En esta séptima temporada el reencuentro con la serie arranca donde terminara la anterior y presenta un episodio lleno de tensión pero tan poco creíble en su interpretación, tan insistente en la incredulidad y desconfianza que representan todos los protagonistas y realizado con tan poco pulso que resulta aburrido. Nadie en el episodio, excepto los televidentes, parecen creer a Castle y el planteamiento casi llega al absurdo.

Suerte que superado este inicio titubeante la serie vuelve a coger el rumbo habitual y de nuevo disfrutamos de guiones que siguen buscando el giro divertido en las espontáneas cuando no infantiles salidas de Castle como contrapunto a la tragedia que supone la investigación de un caso de asesinato y algunos de ellos con los habituales guiños al mundo de la cultura y del espectáculo.

Por ejemplo en el 7.4 es innegable evocar a Poli de Guardería

Los niños de una escuela son capaces de dejar incluso a Castle con la boca abierta
El 7.6 explora el concepto del universo paralelo, a través de magia de pueblos sudamericanos pre hispanos,  adentrándose en el terreno de la ciencia ficción combinado con la novela policial.

En el 7.7 revivimos el salvaje oeste con guiño a la entradilla de Bonanza incluido (hay que tener una edad para captarlo) y con un diálogo delirante con un jefe indio fuera de cualquier tópico que se pudiera esperar. Un nuevo estrujamiento de meninges de los guionistas con resultado sobresaliente.

El Far West mantiene intacto su poder de atracción cinematográfica
7.10 Interesantes relaciones con la mafia conforman un final insospechado para las aspiraciones de Castle en sus tareas como asesor adscrito al Departamento.

7.11 Nuevo giro sobresaliente de los guionistas: Rick Castle adopta un nuevo rol en la serie que le da una salida profesional y enriquece la trama.

7.14 y 7.15 Arco argumental de alta tensión, de lo más fuerte que tal vez haya ofrecido la serie en toda su historia que supone el fin de la aventura de Castle como autónomo.

7.16 ¿Se imaginan resolver un asesinato en Marte?

7.20 Castle resuelve el enigma de su propia desaparición el día de su boda y que duró dos meses y con ello se cierra una puerta por la que se colaba corriente de aire que podría haberla resfriado.

7.21 Un asesinato cometido en un avión puede ser un fin en sí mismo o un daño colateral de una intención más aviesa y trascendente como un atentado terrorista.

Lo dicho: la serie Castle sigue siendo garantía de puro entretenimiento. No le den más vueltas.

Para los que quieran recordar las cuatro primeras temporadas pinchen aquí.
Para la 5ª y ver las fotos del loft de Castle pinchen aquí.
Para la reseña de la 6ª temporada pinchen  aquí

Y si quieren leer sobre sus novelas y cómics es aquí.