Y es que toda persona es una isla a la deriva en busca de
puerto.
Como Simonetta Brey, una forense a quien las circunstancias le impiden continuar ejerciendo, y que recala en Menorca para renacer como médico de familia. Pronto conoce gente y establece relaciones que le permiten entender mejor la isla y como tratarla para ser aceptada.
Ayuda el reencuentro con el comisario Darío Ferrer, antiguo,
y más que gran, amigo, que la involucra en una atípica investigación criminal
que puede facilitarle su reinserción profesional, un aspecto nada menor y
acepta sin dudar.
Un magnífico comienzo de novela policiaca que tiene unos personajes bien dibujados y que sin embargo parece sentirse más cómoda fuera de las lindes del género, al preferir profundizar en los sentimientos de las personas que van apareciendo y rellenando la trama con aportes variopintos. Personajes dispares y alejados de tópicos que supone un aporte a la intriga al añadir sospechosos y que se notan queridos por la autora.
Y es que Premonición
es una novela donde la intriga se apodera del relato; donde la isla,
Menorca, es la protagonista subyacente y Simonetta, la protagonista principal.
Que el peso lo lleve una forense y médico de familia,
ofrece un interesante doble punto de vista de quien dialoga con vivos para
mejorar su calidad de vida y escucha lo que le dicen los muertos para ayudar a
esclarecer su muerte.
Rosa
Blasco emplea un lenguaje cercano, nada atildado, que resulta el
más adecuado para acentuar el tratamiento humanista que tiene el argumento
alejado de la novela negra y cercano al suspense policiaco.
La novela transcurre con la calma que se le supone inherente
a una isla donde la gente vive al ralentí pero que cuando conviene, aumenta la velocidad
y dispara la tensión cuando Simonetta pasa de investigadora a objetivo. Un giro
determinante que impide poder soltar el libro hasta el final.
Perturbación, el segundo caso de Simonetta, ya está a la venta.