domingo, 22 de noviembre de 2015

En el país de las sombras de Gilbert Gallerne

En el país de las sombras el claroscuro
es el rey
En el país de las sombras existen dudas, confusión y desapego de la realidad. En el país de las sombras el claroscuro es el rey.

¿Cómo superas el suicidio de tu mujer en vuestra propia casa con tu arma reglamentaria? ¿Cómo lo supera tu hija de doce años?

La ingesta de alcohol hasta perder el sentido cada día no te ayuda a superar nada pero consigue inhibir los sensores que activan los recuerdos y los sentimientos. Pero tu hija no bebe y a su sufrimiento de orfandad no deseada y terriblemente temprana se le une el de verte hundirte cada día un poco más.

Te mueves entre las sombras mentales que te provoca el alcohol con recuerdos de tiempos felices y de proyectos de futuro enterrados. Sentimientos de frustración y de rabia por no haber detectado nada, tú que eres tan buen policía, por no saber, por no poderlo evitar.

Eres Vincent Brémont y estás con tu hija Julia de vacaciones. Lo suficientemente lejos de París como para ganar con la distancia física lo que no se puede ganar con la distancia emocional. Pero no lo suficientemente lejos como para que alguien no pueda turbar esa incipiente paz y remueva todo el pasado.

Todo el pasado. El pasado reciente y uno anterior, tan anterior como para no pertenecer más que a quien lo vivió o mejor lo padeció. Tan ausente que su presencia es notoria.

Eres Vincent Brémont, capitán de la policía judicial de París, un buen policía que fuiste investigado y absuelto por la muerte de tu mujer y vuelves a estar ahora en el punto de mira policial porque el hallazgo del cuerpo sin vida de un hombre cerca de tu casa de vacaciones te vincula de nuevo a ese caso cerrado policialmente pero abierto aún en carne viva. En tu carne y en la de tu hija.

En el país de las sombras todo es confuso e interpretable. Mientras tú lo interpretas desde el conocimiento de tu inocencia, la policía, tus compañeros, lo interpretan desde el procedimiento de causa y efecto y acción y reacción y por eso no les basta que les digas que no tienes, que no tuviste, nada que ver: quieren pruebas. Y se las vas a tener que entregar.

Intuyes una maquinación en todo lo que vas descubriendo pero no obtienes luz sino más y más sombras.

Tienes una semana antes que te acusen formalmente y te encierren. Una semana y serás libre o juzgado y condenado. ¿Qué va a ser de tu hija, sin madre y con un padre entre rejas?

No puedes permitirle pasar por esa experiencia. Debes dejar la bebida y despejar la mente. Debes alejarte del país de las sombras y entrar en el de la luz para poder ver claro y actuar. Ahora más que nunca tienes una razón para seguir viviendo.

Gilbert Gallerne
Gilbert Gallerne ha escogido para el argumento de su novela el vía crucis que le supone a un policía y padre revivir la muerte de su esposa, el lacerante dolor que supone ver vilipendiada su memoria y la lucha personal por resurgir de una hibernación alcohólica. Ha empleado para ello una trama facilona y convencional y por ese motivo previsible pero que ha tratado con solvencia al limitarse a una redacción sin complejidad y a incidir en el componente humano.

Con esta novela ganó en París el prestigioso Premio Quai des Orfèvres 2010 como mejor novela policíaca del año. Pero con los premios ya se sabe: son como los vinos, hay buenas añadas y otras no tan buenas.


La lectura de En el país de las sombras hay que agradecerla a la Librería SomNegra que me la mandó gratis por haberla ganado en uno de sus periódicos sorteos. Síganla en blog y twitter.

domingo, 15 de noviembre de 2015

CSI Cyber

Bluetooh, la conexión inalámbrica,
es el paraiso para un hacker
¿Es usted geek amante de la novela negra y del thriller? Sin duda esta es su serie de televisión. No porqué la tecnología se trate a un nivel friki sino porque es su eje central y tiene todo el protagonismo y eso es para los amantes de la tecnología informática como polen para las abejas.

Aunque es serie también para los seguidores habituales de CSI y cualquiera que disfrute con series de procedimiento policial. Los guiones de serie negra y thrillers catastrofistas están servidos.

Cada episodio es un caso auto conclusivo y en cada caso el instrumento electrónico aparece como víctima o causante de ellas. A veces muchas.

Y detrás hay una mente informática brillante, cibercriminal, capaz de interferir el correcto funcionamiento del instrumento y convertirlo en un obediente pseudo robot que no atiende ninguna de las leyes que instruyera Asimov.

El Malware se introduce en
nuestros programas y los gobierna
Webcams, ordenadores portátiles y de sobremesa, tablets, impresoras, sistemas de alarma, móviles y sobre todo y por encima de todo smartphones, es decir elementos que forman parte de nuestras vidas y de nuestra cotidianeidad pueden, hábilmente manipulados, desde actuar por libre y desnudar nuestras intimidades a la red a convertirse en instrumentos de muerte.

Todos los nombres que muchos identifican, algunos conocen y otros reconocen solo haber oído pero no tener ni idea de su significado se materializan en esta serie con presencia física e importancia capital: algoritmo, antivirus, virus, cortafuegos, freeware, navegador, bluetooh, WiFI, gusano, código fuente, cracker, hacker, dirección IP, malware, módem, dominio, phishing, spyware y muchísimas más.

No es un curso de cibernética aplicada para dummies, ya que lo supera, pero sirve para entender que estamos en un mundo que además de las leyes jurídicas estamos sometidos también a las leyes que la informática ha ido creando y sigue haciéndolo ya que el avance de la tecnología es imparable.

La red tiene más información nuestra
de lo que creemos e imaginamos
13 episodios completan la primera temporada de CSI Cyber que ha resultado ser lo suficientemente entretenida e interesante como para continuar y seguir viendo la segunda.

Y todo gracias al interés que despierta saber lo indefensos que estamos ante ataques cibernéticos; todo lo que sucede es técnicamente factible y por ello resulta tan probable que estremece.

El pero lo pone la interpretación de las personas que ha sido cedida a los elementos informáticos. Actores conocidos (Patricia Arquette que viéramos interpretando a la médium, es ahora la agente especial del FBI Avery Ryan al cargo de la unidad de Ciberdelito) no consiguen hacer creíble su papel y construyen unos protagonistas cliché demasiado rígidos sin aspectos de vida privada y que resultan meros instrumentos para el lucimiento del caso tecnológico de cada episodio.

Si CSI se hizo famosa en su inicio por su meticulosidad forense, esta spin off lo es por tratar de forma forense los equipos electrónicos y, como hiciera la otra, con todo detalle y explicaciones. Siempre hay un gadget informático al que realizarle la autopsia.

La subtrama líneal se sustenta en encontrar al hacker sombrero negro que siendo Avery Ryan una doctora en psicología con consulta propia entró en sus archivos se apoderó de toda su información y asesinó a una de sus pacientes. Avery dejó la consulta y entró en el FBI para impedir que estos intrusismos tuvieran lugar y en su fuero interno espera encontrar a quien le destrozó la vida lo que se resuelve, como no podía ser de otra manera, en el último episodio de la temporada.

El cibercrimen está a una tecla
de distancia
Los hackers sombrero negro son los malos; los sombrero blanco son los buenos. Maniqueísmo con delgada línea roja sobre la legalidad. La red tiene más información nuestra de lo que creemos y cualquiera, un poco avispado, puede hacerse con ella.

Vayan con cuidado con sus palabras de paso y no se tomen eso de la seguridad informática a la ligera. Es un ciberconsejo. Disfruten de la serie.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Maldita nostalgia de Juan Luís Marín

Violencia cruda e irreversible
Frases cortas, algunas de una palabra. Párrafos cortos, algunos de una frase. Como respiraciones en estado de agitación, cortas y seguidas. Como puñetazos. Como disparos. Como pérdida de sangre por corte arterial: a cada bombeo un chorro que te acerca al final.

Sabes que avanzas en la lectura porque cada giro de página viene acompañado de un mordisco. Es el propio libro que también busca su venganza: sabe que morirá cuando la lectura llegue a su fin y se resiste como gato panza arriba. Como aquel que sabe que su vida, si lo encuentran quienes le persiguen, valdrá menos que un caramelo de restaurante chino.

Tres hermanos son los protagonistas de esta historia. Ángel es el mayor, Gabriel el mediano y Alex el pequeño. Ángel se fue y ahora ha vuelto, Gabriel sigue pero hay incertidumbre en su continuidad y Alex se ha ido y no volverá.

Las relaciones entre ellos se rompieron siete años atrás y solo la nostalgia actúa de puente y permite que Ángel vuelva y dé el primer paso para el reencuentro. Ángel como un ángel vengador; como un ángel redentor.

La nostalgia reblandece el alma y se inventa justificaciones para encontrar razonable lo absurdo. La nostalgia vuelve blandengue al más pintado. Maldita nostalgia.

Maldita nostalgia es una novela negra rara avis. De las que corren poco, lamentablemente, en este país. Es una novela negra que abordando un tema del que muchos preferirían no saber que existe, pero que existir existe, le sirve de vehículo para construir una venganza donde nadie sale indemne.

Con el incendio de los camiones empezó todo
Una venganza que se convierte en sí misma en escenario y ambiente y en protagonista. Algo que no había visto en novela alguna: todos y cada uno de los protagonistas humanos tendrán sus motivos y razones para participar.

Una venganza que explicita la clase de violencia que mueven los negocios sucios a su alrededor: seca, áspera, dura e irreversible. Violencia personal y violencia social, extorsión y corrupción y por todo eso es una novela muy, muy negra.

Por eso y por que no esconde bajo subtítulos ni subterfugios ni sutilezas el retrato crudo del comportamiento inhumano de quienes se mueven por ese mundo de corrupción asquerosamente podrido que busca el placer y el poder por encima de todo y de todos. Sin importar nada ni nadie.

Dónde la vida humana es un bien. Vale por el uso que de ella se pueda hacer. Por lo que de ella se pueda sacar.

La novela se mueve en un mundo sin concesiones donde todos los protagonistas viven solo para si mismos. Capaces de venderse por nada, capaces de todo por poco, capaces de ser capaces de lo que sea si no hay otra salida.

Juan Luís Marín es el autor
de Maldita nostalgia
Juan Luís Marín ha bordado un guión de cine negro presentado en formato de novela negra. La ha escrito con textos cortos y secos como disparos, como la violencia que muestra, como escupitajos de saliva mezclada con sangre.

Es un estilo propio distinto a lo que se puede encontrar en general y lo conduce con un ritmo narrativo acelerado ya desde el principio y donde las situaciones que se describen no dan tregua.

Es sin duda una muestra de cómo deber ser una novela negra creativa ya que se atreve a combinar y superponer según convenga dos tramas paralelas que a veces se leen como si viésemos dos puntos de vista de una película en una sola pantalla partida en dos mitades. Dos planos de actuación que explican dos historias y cuentan dos finales o quizás solo sea uno. Más no puedo decir. Para saberlo lean la novela. Léanla de todas formas.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Yo asesino de Antonio Altarriba y Keko

Matar no es un delito,
matar es un arte
Si Thomas de Quincey escribió “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes” Antonio Altarriba y Keko firman Yo asesino donde subliman el asesinato para equipararlo.

Un asesinato perfectamente ejecutado y con final feliz, para el asesino claro, debería estar expuesto en un museo y la performance de su realización objeto de culto y motivo de debate entre los especialistas en este arte y materia de estudio en los mejores centros educativos.

Enrique Rodríguez, el protagonista, es un profesor de Historia del Arte de mediana edad, erudito en la interpretación del significado artístico, ético y moral de las obras representativas del mundo oscuro y tenebroso exponente de dolor y violencia. Tanta erudición le viene de mucho estudio y dedicación apasionada al tema; tan apasionada como morbosa y enfermiza opinan quienes le conocen y no le escatiman mérito pero mantienen las distancias y no comparten sus aficiones.

Y menos las compartirían si supieran que en sus ratos libres Enrique Rodríguez ejerce de asesino. De asesino en serie. Más bien de artista de la muerte. Ejecuta obras de arte en modo asesinato. Y les pone título. Toda obra de arte ha de tener título.

La única pena es que el título solo lo conoce él y no puede poner su firma ni comunicar su autoría por lo que su obra individual no puede ser identificada ni su serie secuencial conocida en su globalidad y por esa razón tampoco admirada ni valorada ni comprendida.

Que gran artista desconoce el mundo!

Pasará a la posteridad como un anónimo de obras inexistentes a ojos de un público ignorante del hecho. El lado bueno es que su faceta de asesino también permanece en el anonimato y eso es bueno para seguir viviendo a su aire y poder seguir experimentando en sus efímeras creaciones.

Antonio Altarriba y Keko
Un guión muy original e inteligente y muy bien desarrollado, con giros sorprendentes y bien resueltos que ha escrito con mucha precisión Antonio Altarriba incorporando unos diálogos que no hacen de relleno sino que sirven para ir avanzando la historia como si de canciones de un musical se tratara con lo que consigue contar muchas cosas y enriquecer la obra desarrollando subtramas.

Así el entramado es complejo ya que no solo se desarrolla la parte artístico asesina de Enrique Rodriguez en la trama principal sino también sus caóticas relaciones personales, sociales y profesionales, todo un mundo de contrastes que otorga una vida muy completa al personaje, al que llegamos a conocer más que bien.

El cómic ofrece segundas lecturas para cada tipo de relaciones, todas tensas como las que mantiene Enrique Rodríguez con su mujer, con el sexo esporádico, con la intrusión de la política en la universidad y la asignación de subvenciones, en la búsqueda de la poltrona de algunos y en las envidias y disputas con los profesores coetáneos.

Unos contrastes que van de la luz a la oscuridad y que Keko, que aporta los lápices y la tinta, consigue reproducir en esas viñetas de pequeño formato. Tinta negra para una historia negra en la que el profesor Enrique Rodríguez sufre incluso cuando disfruta, padece cuando goza y odia cuando ama.

Primera página de Yo asesino
El dibujo consigue mostrar toda esa amalgama de sensaciones jugando solo con blanco y negro, con tramas para los grises intermedios, y toques precisos de rojo para mostrar sangre, como sería fácilmente predecible y también manzanas, rosas, miradas… poniendo énfasis en viñetas que no solo muestran lo que enseñan sino que pretenden que se vea lo que no se ha dibujado.

A lo largo de la obra se exponen unos hechos fruto de un comportamiento asocial pero no se juzgan, de lo que resulta que a tan carismático y censurable personaje se le entiende, se le acepta y casi se le perdona su afición que, de tan asimilada a lo largo de la obra, se integra como un componente más de nuestra cotidianeidad. Tal vez sean sus cánones para elegir víctima y su falta de implicación lo que permiten cierto distanciamiento igual al que se produce cuando vamos a una exposición de arte y admiramos las obras con unos metros de separación.

Como si vivir rodeados de asesinos fuera de lo más normal!

Otra gran obra del cómic noir guionizada por Altarriba e ilustrada por Landazabal es Detective.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Hazell y el timo de las tres cartas de Terry Venables y Gordon Williams

Los timadores timados o porque debemos desconfiar siempre o una femme fatale no tiene porque ser curvilínea de infarto ni con mirada seductora de lánguida expresión podrían ser subtítulos válidos para esta novela negra de granujas y timadores.

En el mundo del timo no solo se emplean las habilidades del timador sino que también se explotan las debilidades del primo al que engatusar.

En los timos de cartas la velocidad de las manos del timador suele ser superior a la de la vista del primo, pero además se juega con la psicología de éste que, movido por la ambición, se le potencia su vanidad y su engreimiento haciéndole creer que es el más listo y por tanto invencible.

Los ganchos ayudan mucho a potenciar esa soberbia; los ganchos incitan y motivan. Al principio se le deja ganar y luego cuando ya está enardecido se le hunde en la desesperación al quedársele todo su dinero.

Hazell y el timo de las tres cartas es una novela con mucho humor y enredo en el que el timo es el eje central y en la que la violencia se reduce a la necesaria para marcar territorio sin ir más allà. Escrita de forma ligera y abusando del cinismo nos relata las investigaciones de James Hazell a petición de una viuda para demostrar que el marido de ésta, atropellado y fallecido en el metro después de pasar por un puesto de trileros, fue víctima de una muerte accidental y no de un suicidio voluntario.

De que una muerte sea considerada suicidio o accidente depende de que la compañía de seguros desembolse una suculenta cantidad de dinero o se la ahorre y se la apunte en su contabilidad como menos gasto o directamente beneficio. James Hazell sabe que si el seguro paga, su cuenta bancaria saltará de alegría y una pobre viuda podrá vivir sin penurias el resto de sus días.

Terry Venables
Gordon Williams
Terry Venables, ex entrenador del FC Barcelona, hacía sus pinitos como novelista mientras que Gordon Williams, ya posicionado, actuaba más de mentor y corrector además de escritor, que es lo suyo.


La novela tiene sus años y se le nota en el estilo hoy pasado de moda. El simple hecho de emplear el timo de las tres cartas, hoy prácticamente en desuso, que por los setenta estaba en su mejor momento lo demuestra. Su ambientación y exceso de detallado localismo geográfico la hace poco extrapolable a gustos internacionales y parece haber sido escrita para ingleses, o peor, para londinenses exclusivamente.

Y a pesar de que James Hazell, el detective privado protagonista, rebosa tópicos en su forma y en su fondo la novela resulta muy entretenida, divertida y curiosa en su faceta más blanca dentro de la novela negra. Novela negra de timadores.

Y créanme, yo no les estoy timando.

James Hazell, el detective privado, es el protagonista de 3 novelas y de una serie de tv de 26 episodios, hoy en el olvido.

El fascinante mundo de los timadores ya se trató en este mismo blog recomendando las mejores películas del género. Aquí.



jueves, 29 de octubre de 2015

Blogs de novela policiaca y blogs de novela negra

Blogs de novela policíaca y
blogs de novela negra
Los Blogs somos como personas saliendo de fiesta. Nos vestimos para gustar y llamar la atención, queremos destacar entre los demás y conversamos de temas diversos procurando caer bien al mayor número de gente posible y acaparar su atención. Jugamos a seducir y aquí es primordial cautivar al primer vistazo ya que tal vez no haya segunda oportunidad.

Nos halaga ser reconocidos y sucumbimos a las alabanzas. A vanidad no nos gana nadie. Somos como personas.

Y por eso mismo nos duele la soledad y buscamos amigos para paliarla y también como las personas enfermamos, envejecemos y en algún momento moriremos.

E incluso conozco compañeros que han sido abandonados a la deriva sin patrón que los gobierne. Iniciaron su camino con alegría y expectativas y hoy ya no son prioritarios porque la vida da bandazos y siempre fuerza a elegir y la elección siempre es dolorosa.

Algunos ya han acabado su andadura y así lo han comunicado, otros simplemente han dejado de actualizarse y no se han podido ni  despedir.

Los Blogs que tenemos Blogs amigos presumimos de ello anunciándolos en nuestra página, es lo que en términos tecnológicos se conoce como blogroll y que cada cual bautiza como le apetece (yo, Blog Interrobang, los tengo en la columna de la derecha bajo el epígrafe Cómplices y ordenados por fecha de la última actualización).

Cómplices, porqué todos somos culpables de querer mantener al género policíaco y negro vivito y coleando, porqué aunque no nos conozcamos F2F sentimos simpatía los unos por los otros, somos camaradas en esa trinchera tan expuesta al fuego enemigo que es la palestra donde se suscita debate.

Las huellas digitales de un Blog
se configuran a partir de los posts
publicados
Todos blogs de novela negra y de novela policiaca, preferiblemente de autor y sin otra intención que ofrecer información sin casi moverse de sitio.

Mi columna de Cómplices se ha renovado no sin cierto pesar. Compañeros de viaje se han ido (quizá, ojalá, vuelvan: siempre tendrán un sitio reservado) y otros Blogs ocupan hoy su vacío y el motivo de este post es presentarlos y pedirles que los visiten: cuantas más opiniones contrasten más fácil será no equivocarse.

El ciclo renovador de la vida continúa y más que llorar las ausencias hay que celebrar que siga habiendo relevo.

Los Blogs que comparten sus vivencias se hacen más fuertes.


Echen un vistazo en la renovada columna Cómplices a la derecha y pinchen en cada link para saber de qué va cada uno, háganse amigos, seguidores, cómplices y disfrútenlos con salud.

domingo, 25 de octubre de 2015

Nunca es tarde para morir de Pablo Palazuelo

El crimen perfecto
es aquel que no es un crimen
porque nadie lo investigará
Todo árbol tiene un pasado, unas raíces que lo sustentan y lo mantienen erguido. Toda persona tiene un pasado, una historia que la sustenta y que la explica en lo que hoy es. ¿Que pasa con el árbol si algo descalza sus raíces? ¿Qué pasa con la persona si ese pasado es negro y sale a la luz? ¿Cómo se mantiene entonces alguien erguido?

Cinco hombres mayores más que amigos se reúnen en New York en una cita periódica y el póker es el entretenimiento común aparte del que cada uno tiene a nivel particular: a Travis le gusta la fotografía, a Louis las mujeres, a Johann su Dama Escondida, a Nick su vodka y a Harry estar con su pequeña Marian, si darse cuenta que ya es mujer y teniente de policía.

Todos robles viejos y fuertes. Todos robles de dura corteza que han visto pasar el tiempo y la historia. Pero por muy supervivientes que sean y muy curtidos que estén siguen siendo como un árbol. ¿Qué pasa con un árbol si algo descalza sus raíces?

Esos cinco árboles van a ver como su vida se transforma y como la calma chicha deja paso a un huracán devastador que se los puede llevar por delante. La implicación de la teniente Marian Bennett, la pequeña Marian, oficializa policialmente como delitos lo que en un principio parece un cúmulo de casualidades no imposibles pero si improbables. El crimen perfecto por considerarse un accidente.

Una más que hábil manipulación vertebrada a partir de una belleza juvenil capaz de parar el movimiento de La Tierra con su mirada caída de sus verdes ojos. Un cuerpo de pecado, literal y figuradamente, capaz de rebajar el nivel de alerta del profesional más adiestrado.

Paté de animales alimentados naturalmente
Nunca es tarde para morir retrata a quijotes hedonistas ansiosos de vivir aventuras, de luchar por favorecer al necesitado, de salvar doncellas aunque sea a costa de enfrentarse a molinos de viento. ¿Acaso hay un buen momento para morir?

Todos para uno y uno para todos!

El autor Pablo Palazuelo ha empleado una escritura muy asequible imprescindible para no perder el hilo de la trama que presenta una complejidad muy bien estructurada y sabiamente secuenciada para ir asimilando los giros argumentales y sorprender a cada nuevo capítulo. Ha desplegado con habilidad un sinfín de variadas situaciones con enorme veracidad.

Ha escondido la verdadera intención argumental jugando al erotismo de ir desvelando, velo a velo, la trama, para que el lector no pueda anticipar ningún movimiento y ya rendido aceptar lo nuevo que se le presente. ¿Quién puede resistirse a esa mirada de ojos verdes?

Para acabar escribiendo un thriller oscuro y trepidante con un argumento cocinado a fuego lento, donde cada ingrediente tiene su razón de ser y tiene su motivo de estar.

Un buen thriller tiene que templar el tempo narrativo, un suspense in crescendo capaz de absorber tanto la atención página a página como para dejar sin aliento en momentos de intensidad.

Pablo Palazuelo, el autor
Un buen thriller tiene que ser creíble con localizaciones geográficas precisas, con mención de organismos gubernamentales existentes o si inventados muy bien definidos, con explicaciones técnicas y/o científicas coherentes y ajustadas a una verdad contrastable o posible.

Un buen thriller tiene que jugar con unos personajes tridimensionales con una psicología construida sin fisuras y una casuística moral capaz de explicar sus acciones aunque no compartamos sus decisiones.

Un buen thriller es una maratón que ofrece al lector la belleza, la tensión y la emoción de presentarse como un sprint constante y que al final aún consigue acelerar más.

Todo ello lo tiene Nunca es tarde para morir y por eso en un muy buen thriller y su novel autor Pablo Palazuelo Basaldua alguien con recorrido y a quien hay que seguir.

Y como todo buen thriller cuenta con una BSO amplia y variada, hay para todos los gustos, para distintos momentos del día, para distintos estados de ánimo y para según qué compañía y según que intenciones, desde un estriptease hasta una ensoñación:

It’s a man’s world
What’s a woman
Love, thy will be done
Poison prince
Rescue me
La flauta mágica
Never marry a railroad man
I love Rock & Roll
Benedictus (de la Missa brevis en do mayor)
Never leave you
Mna Na Héireann
The House of the Rising Sun

lunes, 19 de octubre de 2015

Manda flores a mi entierro de Ricardo Bosque

Una cubierta que no honra
su contenido
Las relaciones familiares multigeneracionales, las personales y las profesionales son los vasos comunicantes de una trama divertida, entretenida y negra de esta novela titulada Manda flores a mi entierro.

Arturo Sanromán, inspector de policía con pluriempleo como investigador, recibe el encargo de la acaudalada Mercedes Samper para localizar a su hija con la que rompió relaciones hace quince años. Los motivos que la impulsan quedan sugeridos pero no concluidos por lo que tanto pueden obedecer a reconstruir puentes o dinamitar los restos que aún queden de los que un día hubo.

Esa ambivalencia resulta de lo más estimulante para mentes negras malpensantes como suelen ser las de los lectores de género que nunca descansan.

El inspector Sanromán realiza el trabajo con rapidez y perfección pero, otra ambivalencia genial, a la luz de los acontecimientos posteriores le surge la duda de si cumplió con el encargo o este tenía cola y aún queda trabajo por hacer.

Misma ambivalencia al no saber si Cayetana Tana Marqués es una florista que propicia suicidios para vender más flores o si es una suicidadora que buscó con la floristería ofrecer el servicio completo.

¿Es cierto que de casta le viene al galgo? ¿Se es suicidadora por elección espontanea o por derivación genética?

Una Tana inteligente, aguda, irónica, sobreviviente y hábil conversadora que tanto consigue imponer su criterio en casa como en su negocio, el de las flores y el paralelo, haciendo que parezca que ha sido el interlocutor quien ha tomado la decisión. Una Tana que si conviene deja las tareas de coordinación para pasar a las de ejecución. Una Tana de armas tomar. Una mujer decidida y resolutiva.

Esas ambivalencias y reparto equitativo de protagonismos es una fórmula más que interesante para introducir distintos niveles de lectura y que arma la novela de forma original no desmereciendo en ningún momento y acorde con el prometedor inicio.

Ricardo Bosque
Ricardo Bosque, escritor y blogger, ha construido una novela policial fiel a los cánones pero con un tratamiento sui generis que la hace particular y para nada convencional. Una novela inteligente y sin fisuras a partir de la normalidad cotidiana más absoluta.

Sus personajes y las situaciones por las que transcurren son terriblemente próximos, familiares, extraídos de la realidad y tan bien perfilados que los reconoceríamos ipso facto si los encontráramos por las calles de Zaragoza o puntualmente por las de Tarragona.

No ha necesitado insuflar al inspector de policía de una personalidad compleja resultado de traumas infantiles ni asociarlo a vicios ni dependencias artificiales ni dotarlo de súper habilidades, ni tampoco ridiculizarlo con tics, ni dejes casposos o patrios.

El inspector Arturo Sanromán es normal como hombre, como persona, como hijo, marido, padre y como profesional y se agradece que toda la novela también lo sea.

Argumento, ritmo narrativo y lenguaje son asequibles, fáciles y sencillos, que a lo contrario de lo que parecería resulta sumamente difícil y complejo el conseguirlo. Igual como hacer que la agitación navegue por aguas tranquilas. Y también lo consigue.

El equilibrio entre descripción y diálogos resulta correcto y si bien, algún pero había que buscarle, recapitular forma parte de la confección de la novela policiaca y negra hay que procurar ajustar su extensión y en cualquier caso pecar siempre por defecto.

Un acierto encontrarse con esta novela cansados como estamos de tanto tópico y tanta imitación como si no hubiesen voces autóctonas cualificadas.

Me lo he pasado tan bien leyéndola que voy a procurarme la segunda de la saga y que lleva por título: Suicidio a crédito. De momento no se dejen escapar esta.

martes, 13 de octubre de 2015

Los crímenes de Ardeshir Villa de Kalpana Swaminathan

Gastronomía india y criminal
Imagínense que Miss Marple se llama Lalli y que en lugar de un sobrino escritor tiene una sobrina escritora. Imagínense que en lugar de tomar te en St. Mary Mead, Inglaterra, lo toma en Bombay, India. Y por último que en lugar de entretenerse resolviendo crímenes circunstancialmente lo hace resolviendo crímenes de forma oficial por encargo. Con todo esto tendrán a la protagonista de una serie de novelas policíacas al más puro estilo whodonit de la escritora india Kalpana Swaminathan que evoca, sin duda alguna y por ella reconocido, a la sin par Agatha Christie.

Los crímenes de Ardeshir Villa es una novela policíaca en toda regla y es la primera de esta serie.

Lalli y su sobrina, cuyo nombre no sabremos, son invitadas a pasar un fín de semana gastronómico en Ardeshir Villa, una preciosa residencia campestre cercana al mar, por su amiga Hilla que la ha restaurado y redecorado después de haberla heredado inesperadamente.

El cocinero, que no chef, tiene dos habilidades además de saber cocinar todo tipo de platos; la primera consiste en interpretar los deseos de cada comensal y otra más malévola que emplea para cocinar un plato a medida para cada uno que les retrotrae a un recuerdo del pasado. Para algunos agradable y para otros un secreto inconfesable.

Otros invitados coinciden con ellas, además de la sobrina de Hilla que va a cumplir dieciocho años y el cocinero. También, y sin ser invitada, una lluvia torrencial, que los deja aislados, hace acto de presencia. Y cuando se descubre el asesinato está claro por las circunstancias climatológicas que el culpable ha de ser alguien de dentro de la casa.

Por descontado que Lalli, por su trayectoria como policía ya jubilada y su experiencia en estos asuntos, se hace cargo del caso y ayudada por su sobrina va a desenmascarar al culpable que resulta serlo de más muertes.

Cada uno de los protagonistas, de edades muy distintas, tiene su carisma asociado a su estatus y oficio y su comportamiento social refleja el sistema de castas aún imperante en la India y en la narración se va conociendo su forma de ser y de pensar a través de diálogos con referencia a su pasado. Un fin de semana encerrados por la lluvia da para charlar, reir, enfadarse, amar, odiar e incluso matar.

Así la novela va situando a cada cual a través de su vestuario, su comportamiento frente a la comida, sobre todo los desayunos, su paciencia o impulsividad, su necesidad de brillar o pasar desapercibido y permite al lector formarse una opinión sobre quienes llegaran al final como cadáver y quien será el criminal.

Siendo el eje del encuentro en Ardeshir Villa un recorrido por la historia gastronómica de la India, no pueden faltar descripciones de platos que, si gustan de este tipo de cocina, hacen la boca agua mientras se avanza en la lectura, lo que no sucede tanto con el avance de la trama que tiene momentos de languidez contemplativa propios de la forma de vida oriental.

Nada extraño teniendo en cuenta que la percepción del paso del tiempo transcurre de forma diferente en la India y que la importancia o relatividad de los hechos se mide por una escala muy distinta a la de los occidentales. Es lo que tiene leer novelas de otros países: que hay que empatizar con sus usos y costumbres para poder entrar en la atmósfera de la trama.

Lo que no resulta para nada difícil ya que la autora ofrece información más que suficiente para ambientarse sin excesiva dificultad.


Kalpana Swaminathab
Kalpana Swaminathan hace que la novela esté narrada en primera persona por la sobrina anónima de Lalli y contiene perlas de humor inteligente que enriquecen el relato y una resolución final que no desmerece y que para los seguidores de Agatha Christie tendrá el retrogusto de estar leyendo una obra de la escritora inglesa, con modismos indios y estilo distinto, eso si, pero con la misma esencia y planteamiento.

Pudiendo seguir tomando té y sin echar en falta una didáctica charla sobre diversas clases de veneno con aplicación práctica.

jueves, 8 de octubre de 2015

La misteriosa botella de Petrus de Jean-Pierre Alaux y Nöel Balen

Solo en Francia se podía dar una serie policial que tuviera el vino, sus variedades, sus bodegas, sus viñedos y sus gentes como protagonistas. Si el vino en Francia es una forma de vida, era lógico que tarde o temprano se le diera la vuelta y se convirtiera en una forma de muerte.

La serie La sang de la vigne, La sangre de la vid, tiene a fecha de hoy 23 novelas de las cuales solo dos se han traducido al castellano, entre ellas la que nos ocupa: La misteriosa botella de Petrus; que, secuencialmente, ocupa la novena posición.

Benjamin Cooker es una enólogo de renombre y autor de una exitosa guía de vinos que cuenta con la ayuda del joven Virgilio Lanssien, un buen aprendiz aún en formación y tienen por costumbre no solo poner su nariz en las copas sino también en asuntos criminales por lo que queriendo o sin querer participan activamente en los casos con los que topan y a pesar de la reticencia policial.

El planteamiento argumental de La misteriosa botella de Petrus resulta francamente cautivador y en la línea de novela policiaca más clásica: un anciano es asesinado en su casa, en algo parecido a un crimen ritual ya que se encuentran doce copas, once vacías y una con vino. Petrus para mayor exactitud. De 1940 a primera impresión de Benjamin Cooker.

Petrus, palabra muy, pero que muy mayor cuando se habla de vino. Un vino que trasciende al vino. Un Pomerol excepcional que debe beberse con servil agradecimiento y en honor al santo que preside la etiqueta, con devoción casi religiosa.

Pero a medida que la trama avanza y los asesinatos se suceden, no en balde hay tantas copas expuestas, e intenta volverse compleja para explicar los motivos de tales crímenes y se remonta a la segunda guerra mundial va perdiendo su forma y su compostura como beber sin saborear. Una lástima echar a perder un vino así.

Jean-Pierre Alaux y Nöel Balen, sobradamente conocedores de la cultura vinícola y del jazz, a quienes hay que envidiar por esas razones, derivan hacia el chauvinismo, bien entendido, y dedican más páginas a explicar y elogiar al vino que a tejer la trama criminal. Y en este caso y teniendo buenos elementos: vino, jazz e Historia, el resultado final no está a la altura. No es un vino redondo. Y esto en un Petrus no es aceptable.

En estos tiempos en que la novela negra y policial vende hasta lo que no está escrito resulta curioso ver como esta serie no tiene tirada por aquí; claro que si la leen los lectores habituales del género les va a saber a poco  y si los lectores son bebedores de buenos vinos la cata les resultará igual de insustancial.

La primera novela de esta serie, Muerte entre los viñedos, ya fue tratada en este blog. Pinchen aquí para leer la reseña. En esa ocasión el vino escogido fue un Sauternes, nada más y nada menos que un Château d’Yquem.

Yo aún no he tenido ocasión de probar ni uno ni el otro y para evitar seguir babeando durante las lecturas y poner las novelas perdidas voy a dejar de leer esta serie caso de que se sigan traduciendo.

lunes, 5 de octubre de 2015

Pero hermoso: una historia de jazz de Geoff Dyer

La música es la parte externa que
el instrumento arranca del
interior del interprete
Un descatalogado que ha vuelto a la vida y que no hay que dejar de leer.

Para la mayoría el jazz es esa música que se toca con trompeta y saxofón y que a veces es placida y otras enervante, sin saber muy bien porqué. Para algunos es ruido. Para otros es la música que acompaña las películas de cine negro. Para los menos el jazz es una forma de entender la vida. Para unos pocos es simplemente el camino del que no puedes alejarte. Para los elegidos lo es Todo.

Pertenezcan al grupo que pertenezcan después de leer Pero hermoso: una historia de jazz, cuando oigan una pieza nunca más les va a sonar solo música. No solo por referencia al pasado, ahora que han leído y saben, sino en las sucesivas sesiones que le dediquen porqué después de leer habrán entendido.

El jazz, de normal, nunca comunica igual ya que se mimetiza con el sentimiento y da más presencia a determinadas notas o instrumentos según sea el estado de ánimo con el que lo escuchemos a cada momento. Y no digamos ya si fuésemos intérpretes. Vocales o instrumentistas que ponen mucho de si en el conjunto y todo en el solo.

Después de leer esta novela el universo del jazz, en todo su significado, se muestra desnudo en toda su amarga miseria, despiadado desconcierto y terrible soledad.

Y en toda su grandeza y conmovedora trascendencia. Autodestrucción no deseada para alcanzar la inmortalidad no pretendida.

A través de una road novel protagonizada por Duke Ellington y Harry Carney como hilo conductor, el autor recrea de forma fabulada siete episodios biográficos de los grandes: Lester Young, Bud Powell, Charlie Mingus, Chet Baker, Ben Webster, Thelonius Monk y Art Pepper, y lo hace de forma descarnada pero cariñosa, si es que ambas cualidades pueden ser compatibles.

Todos momentos idóneos para desarrollar tramas de novela negra, todos de enorme dureza vivencial. El jazz puede ser a la vez hermoso como un ragg que canta a la vida y triste como un blues que la despide. Cada cual lo entiende a su modo y los que solo lo oímos o a lo sumo somos capaces de incluso llegar escucharlo a ratos no estamos capacitados para hablar de él sino es para decir banalidades cuando no tonterías.

Geoff Dyer, el autor
El autor Geoff Dyer ha estructurado la novela en tres partes. Dedica la primera, e imprescindible, a la parte narrativa mencionada; la segunda, que a mi modo de ver empaña la anterior, a un ensayo que ayudará a neófitos a contextualizar  y la tercera es, entre biografías y referencias, indispensable a toda obra que se precie que hable sobre música: discografía recomendada.

Empiecen por esta tercera parte, hagan acopio de la música y téngala a mano para ir acompañando la lectura de la primera parte y dejen la segunda parte, aparte (me ha salido muy Marx Bros. pero no tiene nada de contratante).

Hay que lamentar la innecesaria traducción del título que sin referencia a su origen pierde encanto: el título original But Beautiful lo coge del estándar de James Van Heusen (música) y Johnny Burke (letra) de 1947, balada sentida y emotiva, ampliamente versionada y en cuya letra se constata el paralelismo entre el sentido del amor, de la vida y del jazz:

Partitura de But Beatiful
Love is funny or it's sad
Or it's quiet or it's mad
It's a good thing or it's bad
But beautiful

En cualquier caso lo importante es escuchar la música y leer la novela. Y leer la novela escuchando la música.

Y al acabar su lectura no podemos por menos que saber que las cicatrices que nos ha producido nos han de acompañar ya para siempre. Y que nada de lo que ya oímos antes volverá a sonar igual y que todo lo que oigamos por primera vez lo haremos poniendo el oído en modo escucha.

La faceta musical del jazz, la que creemos conocer, solo es la parte externa que el instrumento arranca del interior del interprete.

Enorme respeto por el jazz por favor. Y desde mi ignorancia pido humildemente perdón por intentar postear al respecto.

viernes, 2 de octubre de 2015

Ladrón de ladrones 4

Cuando el guante blanco se tiñe de rojo
Robert Kirkman, el creador de la serie global, ha mantenido en esta nueva entrega al guionista del tomo 3, Andy Diggle, para que revolucionara la historia y cerrara al arco argumental iniciado (recuerden que una de las premisas de Robert Kirkman es ir relevando al guionista en función del tratamiento narrativo que pretende conseguir).

Y si bien Andy Diggle cerró con maestría en la entrega 3 el guión que empezaran James Asmus y Nick Spencer en el tomo 2, no ha salido tan bien parado al cerrar el suyo.

Sin obligación de corresponsabilidad con planteamientos ajenos, solo con ser fiel a si mismo y a su propio guión, Diggle se ha dejado llevar y le ha salido el tomo más violento y salvaje de la serie. Lo cual no es malo en sí pero si lo es el caer en lo fácil y en lo previsible. Algo de lo que esta serie huía como de la peste y lo estaba consiguiendo.

Y también le ha salido el tomo más peliculero y esta subordinación al género grande confiere al cómic el papel de instrumento y no el de un fin en si mismo.

Quienes intuían que esta serie de cómics podía no ser más que un story board encubierto (su estructura de capítulos por arco argumental sería el equivalente a los episodios por temporada), que sirviera de presentación para ser serie de televisión deben estar diciendo aquello de” malo está que diga que ya lo dije, pero que conste que os lo advertí porque parece que la AMC ya está trabajando en el piloto y esto pinta que pronto tendrá más tele adictos que comic adictos.

Claro que todos sabíamos la vinculación de  Robert Kirkman con este mundo, por lo que no es raro que se de ese paso, más bien era el siguiente paso lógico.

Color de Adriano Lucas
Volviendo al cómic, en Ladrón de ladrones 4, lamentamos que la historia desarrollada en este tomo nada, o muy poco, de lo que sucede consiga sorprender y mucho menos despistar. La serie ha entrado en el trillado camino de supeditar el argumento a los efectos especiales y no al revés por lo que ofrece un cómic emocionante y trepidante de absorbente lectura pero poco estimulante por su previsibilidad.

Shawn Martinbrough repite al lápiz (el único que está desde el inicio) y aún manteniendo su estilo sobrio en cuanto a expresiones logra sacarle a Redmond su yo más agresivo y tenso necesario para la ocasión.

La salida de Félix Serrano como colorista substituido por Adriano Lucas ofrece a la serie tonos más oscuros contrastados y una amplia gama de rojos para realzar mejor la rabia, sangre y violencia que desbordan estas nuevas páginas.

A ambos, dibujante y colorista, Shawn y Adriano, hay que felicitarlos por las máscaras de los sicarios de Lola que representan perfectamente ese terror que se encuentra en lo cotidiano. Como los payasos de Stephen King. Son soberbias y fáciles compañeras inspiradoras de pesadillas de terror nocturno.

Venganza y traición son los ejes vertebradores de este tomo de ahí que la violencia sea indispensable. Nadie entendería que no fuera así.

Pero la violencia se ha apropiado de la serie y su empleo para resolverlo todo, en lugar de hacerlo con planes elaboradísimos, ha simplificado el argumento que es ahora más lineal que nunca y avanza a velocidad de torpedo.

Como payasos de Stephen King
Este cuarto tomo enlaza directamente con el final del tercero y manteniendo el tronco le corta las diferentes ramas que como frentes abiertos movían las subtramas existentes y deja la sorpresa de no saber hacia donde irá ahora. Tanto la trama como los personajes.

Estos han de recuperar su lugar predominante que en este tomo se han visto superados por las circunstancias y casi reducidos a ser meros desencadenantes de situaciones sin que lleguemos a conocer cuales son sus verdaderas emociones al respecto.

Se ha desaprovechado a Celia con una aparición tan determinante como decidida como fugaz; a Lola, con un potencial psicológico más que evidente y del que se explica su origen y sus intenciones de forma tan apresurada, como para cumplir un puro trámite, e incluso se ha marginado al hijo de Redmon al que no se le permite exorcizar su conflicto interior.

Ladrón de ladrones es una de las series de la década. Un cómic de lectura absorbente y hay que seguir confiando en Kirkman para que insufle nuevos aires que le permitan mantenerse por encima de la media.

Lean las reseñas de cada uno de los tomos anteriores publicadas en este mismo blog y no se pierdan una de las mejores series del mundo del guante blanco aunque a veces se manche de rojo:

  1. Ladrón de ladrones
  2. Ladrón de ladrones
  3. Ladrón de ladrones